Hacía como mil lunas que no caminaba por el callejón del Perla; era temprano y más tarde sostendría una charla en el restaurante del Hotel Plaza, en la calle Esquerro.
Haciendo tiempo, me senté en una banca y, enfrente, estaba un señor que vende sombreros para los turistas; a esa hora y con una Tecate en la mano, hacía suponer que cargaba una resaca entre pecho y espalda, marca llorarás.
En el horizonte, se dibujaban dos enormes cruceros y un buque petrolero; en segundo plano, las construcciones que se yerguen sobre la punta del Mogote y, en primer plano, las coloridas letras metálicas que rezan el bello y muy significativo nombre de nuestro puerto y capital del estado, La Paz.
Fue una mañana diferente.Una mañana fuera de la oficina del gobernador electo; alejado de la carretera, y hasta este fin de semana, alejado de las comunidades de la entidad.
En realidad, pasa mucho tiempo para que «baje» hasta el malecón; dicen que el ser humano es un animal de costumbres; las mismas calles, las mismas rutas, envueltos en la rutina del trabajo.
Ya por motivos profesionales, ya por actividades políticas, el malecón ha quedado postergado de nuestros hábitos citadinos. Por ello hoy, lo disfruté como auténtico turista en mi propio pueblo.
El pueblo donde nacimos y el pueblo que admiramos y queremos; nuestra tierra, pues. Personas caminando, otras corriendo, algunas tomando fotos, y un tránsito escaso; la hora perfecta para disfrutar del paisaje marino y de una brisa que reanimaba, ante la amenaza de un Sol abrasador que más tarde cocería nuestras molleras.
Entre la pandemia y otros compromisos, esta semana hicimos un alto en el trajín que traíamos desde hace varios años, es decir, sin vacaciones ni fines de semana, acostumbrados a no parar, siempre pa’ delante.
Pero ha valido la pena y vaya que sí. Bien dice el refrán «El que porfía mata venado» Pero nada es para siempre; pronto tomaremos carretera para visitar el resto de los municipios, reanudando la gira de agradecimiento, así como iniciamos en Comondú. Volveremos a recorrer miles de kilómetros para saludar a los ciudadanos que, con civilidad, formaron parte de una jornada electoral histórica y ejemplar.
Mientras tanto, les dejo esta bella postal mañanera de la Bahía de La Paz… Foto/Omar Castro
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