El fin de un joven militar de BCS que murió por defender su honor
Ya no había mañana. Era el fin de la vida, para un hombre valiente, útil a la patria. A la misma que había servido con honor en varias regiones. Y en todas mencionar el nombre del capitán Clodomiro Cota, era un orgullo para el Ejército Mexicano.
Era el capitán que no permitió el abuso y agandalle de un superior que traicionó el respeto al mando. Y que su felonía pago con la vida.
Al tratar de vendarlo los ojos, se suscitó una piadosa lucha entre el capitán y los jefes que lo acompañaban. El reo se negaba obstinadamente A dejarse vendar no valían razones ni súplicas intervino entonces el general Troncoso, este para rogar a Clodomiro que accediese. Cota cuadrandose ante su superior le contestó serenamente “ mi general vea usted que no tengo miedo a la muerte. Estoy acostumbrado a ver venir las balas de frente cara a cara. Y no lo vendaron.
Aquel hombre con la admirada serenidad que no lo abandono en sus últimos momentos, se colocó tranquilo, frío estoico, frente al pelotón de soldados, irguio el cuerpo y clavando fijamente la mirada en los soldados, que se encontraban preparados ordenó con voz clara y potente ! preparen! !apunten ! !fuego.!
Se vio un fogonazo, simultáneo se escuchó una gran detonación y el hombre vacilante, como un ebrio cayó pausádame en el suelo, con el uniforme militar tachonado con manchas de sangre. De sangre joven de sangre de un valiente.
Como el mayor Galán, notara movimiento convulsivo, que agitaban el tronco y las extremidades del ajusticiado, ordenó el tiro de gracia. El sargento del pelotón más pálido que el mismo cadáver, cumplió. Se escuchó una sorda detonación Y todo. había concluido:un valiente había muerto.
Las tropas desfilaron vista a la derecha, ante el inmóvil cuerpo del Infortunado capitán tocando marcha. En aquellos momentos eran las 5:30 de la madrugada. La multitud impresionada, fue desalojando lentamente en forma silenciosa el lugar del ejecución.
Cuando los oficiales de la guarnición de México se presentaron en la casa del coronel Cota para entregarle el cadáver de su hijo, el hombre no pudo contener la ira exclamando ‘ ya se comieron la carne ! ! cómanse ahora los huesos.!
Sentía en esos momentos que la promesa del dictador Porfirio Díaz no se había cumplido. Y en efecto: el presidente por un olvido involuntario no había cumplido su palabra esto el Coronel Clodomiro Cota, héroe sudcaliforniano nunca pudo olvidarlo.
Me despido. Reveló mis fuentes para este trabajo. La principal es la réseña que hiciera el señor Noé Santos Maza. El título es “Tesoros de Hemeroteca” Propiedad de Editorial Impacto.
Agradezco con todo el corazón a mi maestro Raúl Chollet Cota por el obsequio que me hizo de esta reseña. Lo que yo hice fue interpretarla. Y ponerle algunos detalles, sin alterar los datos principales. Mil gracias
Buenas Tardes
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