Cuando se trata de amigos, hay ocasiones que se puede llegar a querer doblemente. Porque así llegan, porque así los pienso:digamos que en pareja, en complicidad, en agradecimiento, por casualidades de la vida y por motivos que esta misma nos trae.
Pienso en El Anibal y en el Martín García, mis amigos de primaria: a uno lo dejé de ver después del sexto año, al otro ayer, antes de colgar el teléfono, le dije que lo quería mucho y le mandé un abrazo.
En la secundaria llegó El Yepiz pero se fue pronto, sin desearlo nadie, a los días que esa pelota reglamentaria se estrellara en su merito temporal. Junto a él, para hacer el dúo o la parejita que les digo, pudieron estar el Roger, El Memo, El Pulga, El Netin, La Keta, El Chente, La Chary, o uno de ellos que aun sigo queriendo.
En la prepa estuvo El Chava y el Memo, El Memo y el Roger, El Roger y el Anibal, El Anibal y El Tuzy, El Cayo y el Roger (sobre todo cuando ese carro arrancaba rumbo al sur, ahí adelante, a la derecha) la Luly y La Chary pero el Chava, El Chavita era el comodín. Por eso lo sigo llorando desde aquella mañana que el Memo nos avisó a toda la banda que la ciencia había sido derrotada por la muerte y el chavita, conectado a ese montón de cables, había tenido que partir sin terminar su cuenta regresiva en espera de esas heladas novedades que siempre fueron su delicia.
En el barrio está El Chalo y por supuesto Ramón Gelacio Lucero Lopez. El Chalo rueda adentro de una llanta como pasatiempo infantil y se chupa con fervor su dedo gordo, sentado en el piso rústico frente a la tele. El flaco convive por horas en el corredor de la casa como otro hermano, a la vez que anota y anota goles por esa banda izquierda del estadio o de la calle de nuestro barrio Los Olivos .
Acá en Sonora, no cabe duda, también están esas dos sombras, esas dos agradecidas apariciones que uno recuerda y ratifica como dos grandes amigos a la vez. En la casa de estudiantes, ahí está Mariano abriéndome las puertas y dándome alojo para bien dormir, bien vivir y bien reír, pese a lo que la realidad significaba pero que nos pelaba los dientes.
Con Mariano, para hacer la bendecida dupla que les digo, están cincuenta y tres almas más que en unos años en Garnendia 133 significaron familia con toda la querencia y todos los odios que un amor fraterno y verdadero es capaz.
En la uni, mi otra casa de estudios (porque han sido tantas mis fuentes de enseñanza) los duetos para los aprecios sinceros y cariños especiales no han faltado:desde ese mes de septiembre del 84 ahi estan en mi corazon agradecido El Beto Barragán y mi compadre Cuitláhuac por parte de los varones cuyos motivos son infinitos. Por las mujeres, siempre leales, siempre recordables, siempre al pie de la cureña refrendo estos dos nombres: Cecilia y Míriam. Si señor.
Ya a la hora de salir a la vida real para efectos del litigio, dos buenos hombres creyeron y confiaron en este que siempre habrá de agradecerles :Raymundo So y Juan Ponce.
Mas delante les contaré de otros.
…PERO SIN ELLOS, ALGO FALTARÍA EN EL MUNDO DE MIS QUERENCIAS
Por eso, y para no desentonar con ese número, hoy, nomas porque si, quiero cerrar este remedo de cartita, con dos palabras y ya:
Muchas gracias.
Atentamente
AVILÉS Y CASTRO.(Es decir, papá y mamá :el origen de todo esto)
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