Llueve porque mi madre se acordó de mi y llora de gusto. Llueve y pienso en las madrugadas cuando la familia completa viajaba rumbo al sur. Llueve después de todo y, también antes de acordarme de mis amigos, de mi padre y de mi tía Maura , ya llovía.
Al amanecer encontré la tierra húmeda y la mamá de mi amigo Ricardo descansaba en ella, como reposaba en su manera de querer con un abrazo. Llueve a la hora del café porque hay que saborearlo con esas gotas de pan. Llueve en los ojos de Y y de R porque hoy saben, con dolor que, en un de pronto, los amigos pueden irse.
Llueve y la lluvia a ratitos se esconde y luego regresa ,juguetona, para mordernos los pies como la lengua húmeda de un gato. Llueve a esta hora , mientras el sol devora en una casa escondida la sopa del día. Llueve sin ti y contigo donde estemos. Llueve y alguien toca a la puerta, para avisarnos, que Dios sigue con vida.
( 22 de febrero de 2019)
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