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Los horoscopos - Miguel Angel Aviles

Los horóscopos…

Durante muchos años fui un asiduo lector del horóscopo.

Lo hacía a diario, pero también procuraba leer el horóscopo general que le deparaba a cada signo del zodiaco para el año siguiente.

A veces lo hacía a tiempo, pero, en ocasiones, cumplía con el rito ya cuando enero o febrero iban a la mitad.

Como soy Piscis, el retraso no me perturbaba tanto, pero si Capricornio o Acuario recurrían a mí, para enterarse de su porvenir anual, no les podía dar razón.

No vayan a creer que yo quisiera poner todos los huevos en la canasta de la astrología para conformarme con mi destino ni que lo advertido diariamente por mi signo fuese el carburante que me moviera para hacer o no hacer tal cosa durante esos trescientos sesenta y cinco días del año.

No y no creo que nadie lo haga. Es más, creo que ni Walter Mercado lo hacía.

Más bien éramos convenencieros o previsibles, según nos fuera en la lectura, como lo hacemos en el carrusel de la vida según nos va en los caballitos.

Estando en casa, tirado de panza o sentado en una poltrona roja, en el corredor de la misma, alguien de la familia solía hojear La Novela Policiaca o El Libro Semanal y, sin voltear a verte, una vez enterado de que fueras Leo o Virgo, por decir algunos, impostaba la voz y comenzaba a leerte:

“PISCIS:
Tendrás mucho interés en hablar con una persona que te puede ayudar en algo laboral, así que no vas a parar hasta que lo consigas. Tu tesón estará hoy fuera de toda duda y eso es muy positivo para tu futuro. Alguien observa con agrado todo lo que haces.”

Uno bailaba los ojitos de purita emoción si el vaticinio prometía cosas interesantes: un amor que tocaría a tu puerta, abundancia en lo económico, el ascenso que esperabas.

Si el agüero recién leído no pintaba nada bien: quiebras en los negocios, infidelidades inmediatas, advertencia sobre una pena de prisión, rotundo fracaso en próximas conquistas, entonces tragábamos saliva, pero lo tirábamos a juego.

Luego se me hizo costumbre el leer, ininterrumpidamente, las predicciones que aparecían en el periódico que caía en mis manos. Quizá fue porque alguna vez no hallaba consuelo sobre mi presente y buscaba una balsa ilusoria que me permitiera seguir de pie, antes que abrumarme de rodillas.

Recuerdo que esto último fue lo que le contesté a un metiche que me preguntó que si para qué los leía, que eso lo escribía fulano de tal en cada periódico y demás peroratas que ustedes ya se han de imaginar.

Como se lo dije tan convencidamente se me hace que se lo creyó y cuando volvíamos a coincidir, me recordaba su signo y yo, levantando la ceja, le daba lectura al de ese día o, de plano, como me empezó a caer gordo, le improvisaba algo atemorizante: “prepárate para la insolvencia; un hijo llegará a tu matrimonio, pero no es tuyo; te perseguirán por lo que tú sabes que hiciste, lo mejor que puedes hacer es esconderte”.

Hace mucho que no se me aparece en mi camino.

Pero yo sigo con lo mío.
Muy tempranito me instalo en algún lugar del Mercado Municipal y mientras me tomo una taza de café antes de iniciar una jornada de trabajo más, le pego una repasada a Piscis y a los signos de dos o tres gentes cercanas, rogando que, al menos ese día, todos estemos exentos de mala sal.

Lo que supe apenas hace poco fue que, así como nos ofrece día a día la lectura de los astros, ya también lo hacen anualmente, supongo yo que para que nos preparemos y no nos andemos lamentando después.

Cuando supe esta buena nueva, ya les dije, me aficioné a leer el horóscopo general que le deparaba a cada signo del zodiaco para el año siguiente.

No quiero recordar qué le deparaba a Piscis para el 2020 ya que pude ser advertido de esta tribulación llamada Covid y no hice nada, en corto plazo, para prevenirme ni para prevenir a mis más allegados. Sin embargo, tengo la confianza que el resto de Piscis del mundo sí se percataron del nubarrón que se nos venía y se pusieron las pilas a tiempo para no andar con lamentaciones.

Lo bueno que unos ya traen integradas las respectivas características de cada signo y en realidad no nos quedamos tan de brazos cruzados, pues por inercia, o de manera inconsciente, hacemos nuestra parte para que los astros se alineen en favor de los que poblamos este universo.

Y es que en teoría no hay signo al que a la hora de su media filiación le vaya mal. Los asegunes vienen, según me dicen, cuando te da por averiguar lo de ascendente, descendente y todo eso.

Leo que el Ascendente es el signo que se encuentra en el horizonte más oriental (Este, Naciente o Levante) en el momento exacto del nacimiento. El Descendente es el signo que se encuentra más abajo del horizonte occidental (Oeste o Poniente), en el mismo momento.

Sí, leo, pero no entiendo nada y si le echo ganas para entenderlo, más nervioso me voy a poner. Además, tengo que enterarme en qué año nació, qué día de la semana era, si esa vez hizo un solazo o hubo un chipichipi , si la Luna apenas se observaba o se ponía regrandota, como una pelotota y alumbra el callejón.

No, yo no serviría para esto. Prefiero seguir enterándome sobre el mío y nada más porque temo obsesionarme como un amigo que tuve quien, experto en los doce signos del zodiaco, en una conquista, era sobre lo que primero le preguntaba a su pretensa ya que, según contaba, de eso dependía qué tan bien o qué tan mal le iría con ese amor y qué tanto ardería o no, dado el caso, la alcoba nupcial.

Según lo primero que encontré, estas son sus características:
Personalidad de Piscis

Un Piscis es imaginativo y sensible. Es amable y tiene compasión hacia los demás. Es intuitivo y piensa en los demás. A Piscis le gusta estar solo para soñar. Le gusta el misterio y el ridículo. Le gusta perderse.

Descripción de Piscis

Un Piscis tiene una personalidad tranquila, paciente y amable. Son sensibles a los sentimientos de los demás y responden con simpatía y tacto al sufrimiento de los demás. Son muy queridos por los demás porque tienen un carácter afable, cariñoso y amable, y no suponen una amenaza para los que quieren tener puestos de autoridad o mayor popularidad. Suelen asumir su entorno y sus circunstancias, y no suelen tomar la iniciativa para resolver problemas. Les preocupan más los problemas de otros que sus propios problemas.

No se crean a pie juntillas lo que dice. Mejor ténganme cuidado.

De su respectivo signo, tampoco se fíen mucho, pues me da la impresión que, de tiempo para acá, no se está garantizando el control de calidad.

Sí, a un pariente le dio por querer saber qué le deparaba su signo para todo el 2021, le decía que por fin alcanzaría ese puesto que tanto había deseado en su trabajo y comenzando el año lo corrieron.

Empiezo a sospechar que esto del horóscopo, ya sea diario o anual, es pura mentira. Pero lo consultaré con las estrellas esta noche, y ahí les digo.


Miguel Ángel Avilés Castro
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