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Mengambrea - Omar Castro

La mengambrea…

Según el Colegio de México, mengambrea es cualquier suciedad, porquería, cochambre, desorden, mezcla de sustancias, intereses ocultos, sin remedio, entre lo jurídico y lo político; entre la obra y la maniobra (dem.colmex.mx).

Pues algo así se está fraguando entre partidos cuyos orígenes son diversos y sus ideologías programáticas y fundacionales distan varios años luz. El PRI de antaño (PRN: 1929) encarnó al partido posrevolucionario gobernando con claroscuros como resultado de una revolución interrumpida y traicionada.

El PAN (1939) aglutinó a la derecha conservadora para confrontar la política social del cardenismo y para apoyar a su candidato Juan Andrew Almazán, también candidato del Partido Revolucionario de Unificación Nacional (PRUN) y del Partido Laborista Mexicano (PLM) frente al candidato del Partido de la Revolución Mexicana (antes PNR) Manuel Ávila Camacho.

El PRD (1989) surge después del fraude electoral de 1988 y de la unción de Carlos Salinas de Gortari, derivado de una escisión del ala izquierda del PRI y de diferentes expresiones de la izquierda tradicional mexicana.

Asombrosamente, con el paso del tiempo el PAN emuló las peores prácticas del PRI; el PRI viró hacia la derecha, y el PRD, en un acto de supervivencia política, se anidó en el regazo de la derecha panista, y ahora sí ¡Fuera máscaras!

Y en aras de derrotar a Morena; de socavar las bases de la Cuarta Transformación; de regresar al régimen de privilegios; a la corrupción para hacer negocios al amparo del poder; para subastar lo que queda del patrimonio nacional; para eliminar las recientes conquistas sociales (elevadas a rango constitucional); para hacer de la impunidad su forma de hacer gobierno en la opacidad y la falta de transparencia, han arrojado al cesto de la basura, sus doctrinas políticas y sus principios, de tal suerte que, sin rubor ni vergüenza, ahora coinciden como cenáculo de la camorra o de la cosa nostra italianas.

En opinión de Ricardo Raphael, “La suma de sus miserias no hace mejor a la oposición.” Y agrega: “La renuncia a los matices es total, también a la identidad, la historia y la trayectoria de cada fuerza política. Aún más escandaloso es el desprecio a la base militante respectiva que, si bien se halla diezmada, después de este despropósito se volverá inexistente.”

Según algunas mediciones, el 40% no votaría por el PRI, luego ¿Qué le sumaría al PAN? Si acaso el tremendo descrédito.
Del PRD, hay poco que agregar, salvo que representa el remedo de una izquierda derechizada y una base militante disminuida y traicionada por la “nomenklatura” de los “Chuchos”. De las otras rémoras o satélites, ni hablar.

La intención está declarada. Frenar el avance de la Cuarta Transformación de la vida pública del país, y regresar al pasado inmediato; a ese pasado que durante cuatro décadas sumió al país en la corrupción, en la pobreza, en la violencia, en la represión, y en la venta indiscriminada de los bienes nacionales.

Así son las mengambreas…

#PuroPaDelante



Omar Castro Cota
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