Compartir en:FacebookTwitterWhatsappEmailSan Miguel de Comondú B C S. agosto1967 Emerio, y Mario venían de la Poza Grande, trayendo consigo una enorme caguama, (toruga), que habían canjeado en la Poza, por un saco de dátiles y un ”Huacal de panocha de gajo”. La dejaron volteada, boca arriba en el patio, se fueron a la cantina “la …
Compartir en:FacebookTwitterWhatsappEmailAdiós al último patriarca de los viejos Comondús, don Bernabé Perpuli. Emparentado con nosotros por el lado de mi abuelo. Mi más sentido pésame a toda su estimable familia y seres queridos. Bernabé Perpuli Poema de Virgilio Murillo Perpuli Brindemos por la amistad Y el parentesco asumido Por los años convividos En franca cordialidad …
Bernabé Perpuli. Adiós al último patriarca de los viejos Comondús Leer más »
Compartir en:FacebookTwitterWhatsappEmailSan Miguel de Comondú B CS 1950 A la sombra de un frondoso laurel de la india, Sentados en la banqueta del telégrafo, entre otros parroquianos se encontraban, El Pilaco, El Tomito y Reynaldo, recordando los usos y costumbres de las épocas pasadas. El Pilaco dijo -Yo recuerdo, que cuando una mujer, no daba …
Compartir en:FacebookTwitterWhatsappEmail24 jun 2002. De Celaya Guanajuato Yo saludo con esmero Al primo que tanto quiero Este junio veinticuatro. Incapaz de hacer un mal Siempre has hecho lo correcto Tú que has sido noble y leal Y de buen entendimiento. Yo te expreso mi sentir Porque creo es necesario Y lo saco a relucir En …
Lo trajo un amigo que venía del norte, con el fin de impresionar a los rancheros. Los más letrados decían que era un radio de “transistores”.
Los versos que yo escribí Los considero eminentes, Solo con gustarme a mí, Eso es más que suficiente,
Un oasis Natural,
Donde la armonía se siente, Invitándote a formar,
Parte de este original ambiente Comulgar
En la antigua Misión de San José, Hubo un gran baile de gala, para celebrar dignamente las fiestas del Santo patrono del pueblo.
Era un humilde y viejo pastor de chivas, trabajaba con mi cuñado, en el rancho ‘Piedras Rodadas’, le pregunté su edad, me dijo —cerquitas de los ochenta y tantos.
Con la risas de tu filosofía,
Encubres día con día tus fracasos,
Acaso porque sabes que tus risas,
Son un arma que llevas bajo el brazo.
Y en las hornillas dejó,